Los Ocho Pasos del Yoga de Patanjali: Yamas
Los Ocho Pasos están incluidos en los Yoga Sutra de Patanjali, el texto clásico que, a pesar de no ser exhaustivo, se considera la guía central de todas las escuelas del yoga. Él define el yoga como “aquietar las fluctuaciones de la mente”, un viaje desde la distracción mental, el pensamiento disperso y la conceptualización sobre nosotros mismos, el pasado y el futuro hacia un estado de calma meditativo no-conceptual y de pausada comprensión. Patanjali sistematizó la práctica del yoga en un camino de ocho pasos o estadios que están intrínsecamente conectados entre sí.
YAMA (actitud) y NIYAMA (calidad) son el marco de ASANA (postura) y PRANAYAMA (respiración) que conducen hacia el PRATYAHARA (introspección meditativa) y la evolución al DHARANA (concentración meditativa), DHYANA (contemplación meditativa) y finalmente al SAMADHI (absorción meditativa).
- YAMAS
Ahimsa
Satya
Asteya
Brahmacharya
Aparigraha
- NIYAMAS
Saucha
Santosha
Tapas
Svadyaya
Ishvara Pranidhana
3. ASANA
4. PRANAYAMA
5. PRATYAHARA
6. DHARANA
7. DHYANA
8. SAMADHI
Los Yamas y Niyamas se pueden considerar pautas de sentido común que conducen a una vida más sana y feliz en las que trasladamos la conciencia espiritual al contexto social; no son normas externas impuestas, sino guías para tener en cuenta. Los Yamas y los Niyamas tienen que ver con nuestra actitud y estilo de vida, la calidad de nuestra interacción con las otras personas y nuestro entorno y cómo gestionamos nuestros problemas. No se pueden “practicar” como lo haríamos con las asanas o el pranayama. Lo que sí podemos hacer es ser conscientes de nuestro comportamiento y luego introducir cambios en la forma de relacionarnos con el mundo. Nadie puede cambiar de la noche a la mañana, pero el yoga puede ayudar a producir ese cambio paulatino en nuestras actitudes y cualidades (Yamas y Niyamas). Como dice T.K.V. Desikachar, “el yoga no es una receta para sufrir menos, pero puede ayudarnos a cambiar nuestra actitud para que tengamos menos avidya (concepción errónea) y, en consecuencia, liberarnos del duhkha (dolor).”
Los Yamas y Niyamas se experimentan en vivir de manera consciente y la causa y efecto como opuestos a las órdenes. Cuando intentamos vivir así podemos probar cómo nos sentimos y cómo nos responde el mundo. Podemos probar si la libertad es simplemente hacer lo que nos apetezca o si, irónicamente, la libertad consiste en una cierta autodisciplina. Con el tiempo, el cultivar los Yamas y Niyamas se convierte en una fuente de riqueza para nuestra vida cotidiana y nos permite vivir plenamente y estar más despiertos.
YAMAS – Leyes Universales de la Vida
Son pautas para interactuar con el MUNDO EXTERIOR, disciplinas sociales que nos guían en nuestras interacciones con los demás. Las podemos aplicar a todo, desde nuestra dieta hasta nuestras relaciones para conseguir un estilo de vida harmonioso que nos facilitará nuestro propio viaje espiritual. Hay cinco Yamas:
Ahimsa: Acción Pacífica, No-violencia
Ahimsa defiende la no-violencia y la expresión positiva del amor y la apertura. Se refiere a la no-violencia en la acción, el pensamiento o las palabras hacia otros seres vivos o hacia nosotros mismos. Pero Ahimsa significa más que la ausencia de violencia. Significa también amabilidad, compañerismo y consideración hacia las demás personas y cosas. Y, por supuesto, mirarnos a nosotros mimos con ternura y compasión. Un aspecto de la no-violencia consiste en crear fronteras saludables. Debemos ser serviciales pero no débiles y sumisos; ¡convertirse en un felpudo no es Ahimsa!
Ahimsa en tu Práctica de Asana:
La agresión en el asana se manifiesta como la energía de intentar forzar una forma que parece inalcanzable en cualquier momento. Dejar de forzar agresivamente hacia el “novamás” de una postura nos permite una observación más rigurosa del estado presente de la postura y de las tensiones limitantes asociadas a ello.
Satya: Autenticidad, No mentir
Satya implica autenticidad y que hablemos siendo plenamente conscientes de los poderosos efectos de lo que decimos y de cómo lo decimos (interiormente y exteriormente; de palabra, acción y pensamiento). Recuerda que las acciones tienen consecuencias y decir la verdad no siempre es deseable porque podría dañar a alguien innecesariamente. El amor está por encima de la verdad y la “honestidad brutal” no es verdad. Si el amor está detrás del uso de la verdad estarás practicando el Satya y el Ahimsa al mismo tiempo. La verdad no es algo que se aprenda, como el conocimiento, sino algo que te es revelado, como la sabiduría.
Satya en Tu Práctica Asana:
La falta de honradez en el Asana se podría manifestar diciéndose uno mismo que no puede hacer cosas que, en realidad, sí puede o viceversa. Durante el Asana, por ejemplo, ser honesto con la presencia de agresión, la fluctuación del pensamiento entre el pasado, el presente y el futuro, la habilidad de doblar tu rodilla un poco más. Siendo honestos con el estado real de una postura, nos permite ver el tipo de tensiones que nos limitan.
Asteya: Integridad, No-robar
La expresión positiva del Asteya es regalar tiempo, energía o cosas. El Asteya se ve muy claro cuando se trata de objetos materiales, pero va mucho más allá. Los celos serían un buen ejemplo. Conectarnos con el principio del Asteya significa que aceptamos el reto de hacer crecer nuestras cualidades y potenciales desde donde estamos realmente (Satya), viviendo la vida que queremos para vivir a través de nuestros propios méritos. Se dice que cuando obtienes lo que quieres a través de medios honestos, no tienes miedo. En cambio, si consigues lo que quieres a través de medios poco honestos, vives con miedo.
Asteya en Tu Práctica Asana:
El Asteya se puede aplicar al pranayama, por ejemplo, manteniendo la inspiración y la espiración iguales: ni quitándole importancia a una ni a la otra, hacerlas de la misma duración. Como que la respiración refleja el estado de la mente, esta práctica ayudará a crear un estado de equilibrio interior y calma. Pero no todo es blanco o negro, debemos adaptarnos a cada momento! Si estás muy cansado/a puedes alargar la inspiración para absorber más energía y revitalizar tu mente; si, por el contrario, te encuentras en estado de nerviosismo, puedes alargar la expiración para relajar el cuerpo y liberar las tensiones.
Brahmacharya: Moderación, Evitar Excesos
Tradicionalmente, el Brahmacharya significaba celibato en un contexto monástico o Ashram. Para los que vivimos en la sociedad secular moderna, se puede entender como la capacidad de valorar el poder de la sexualidad y, a partir de ahí, usarla sabiamente. También se refiere a la moderación en los placeres en general y el autodominio. La palabra Brahmacharya se compone de la raíz car, que significa “mover” y la palabra Brahma, que significa “verdad”. Así pues, este Yama se puede entender como un movimiento hacia la verdad esencial, o como un comportamiento responsable con nuestro objetivo de avanzar hacia la verdad. Esto sugiere que debemos construir relaciones que reflejen nuestra comprensión de las verdades más elevadas. En términos de sexualidad, significa que ni nos obsesionemos ni nos reprimamos, pero lo ideal es hacer las paces con nuestros impulsos sensuales u otros apetitos que nos alejen de nuestra Fuente.
Brahmacharya en Tu Práctica de Asana:
Una re-concentración constante de nuestra conciencia en lo que pasa encima de la esterilla permite observar nuestros niveles de energía para que podamos administrarlos y completar la práctica adecuadamente.
Aparigraha: Generosidad, No-posesión
El Aparigraha se puede entender como la abstención de acumular más de lo que necesitamos. Tener “cosas” no es un problema en sí mismo, el inconveniente aparece cuando nos apegamos a las “cosas”. El Aparigraha se puede definir como tomar sólo aquello que es necesario. También entiende como arrancar de raíz la tendencia a identificar y valorar lo que somos por lo que tenemos y hacemos. A veces intentamos saciar el hambre espiritual con distracciones (relaciones, sexo, comida, objetos materiales, lujo, etc.). Sólo si eliminamos estas distracciones, podremos conectarnos más profundamente con lo que de verdad pasa dentro de nosotros. Eso también es Aparigraha.
Aparigraha en Tu Práctica de Asana:
La avaricia en el Asana se podría manifestar como el deseo de más fuerza o habilidad para hacer Asanas más complejos, a menudo juzgándonos a nosotros mismos por no ser los suficientemente fuertes, estables o flexibles. Si aplicamos en este caso la generosidad, dándonos cuenta de que estamos creciendo en fuerza, estabilidad y flexibilidad, recuperaremos la concentración hacia el camino y permitiremos un avance equilibrado.