Fracasos al reinventar tu negocio de yoga en una crisis
Sabemos también que no todo han sido éxitos, así que también queremos contarte cuáles han sido esas dediciones menos acertadas durante la pandemia.
- Tardar demasiado en estar online o no estarlo en absoluto
- Clases gratuitas de yoga y meditación
- No reducir costos
- Ser nuevo en el mercado cuando comenzó la crisis
- Quedarse quieto
- Reducir los costos de marketing
- Agotamiento, estrés y miedo
Tardar demasiado en estar online o no estarlo en absoluto
Si no tienes presencia digital, la necesitas. Sitio web, Instagram, Facebook, YouTube, lo que sea que funcione para ti. La gente necesita poder encontrarte en Internet. Cualquier profesor de yoga que no tenga presencia digital en estos días no es un profesional. Necesitas estar en Internet, intentar enseñar de forma online, tener la iluminación adecuada y un espacio que se adapte a tu clase. Es el momento de salir adelante o quedarse atrás. La digitalización es imprescindible y cuanto antes, mejor.
Clases gratuitas de yoga y meditación
No ofrezcas clases de yoga gratuitas. Nunca. Tal vez por donación a una organización benéfica, tal vez un regalo para tu mamá o tu mejor amiga, pero obtén un pago por tu trabajo. Enseñar yoga es un trabajo de tiempo completo y tiene un valor, así que cobra por ello. Si haces las cosas gratis tus alumnos no lo valorarán. La gente no valora lo gratis, valora el lujo y las cosas que cuestan mucho dinero. Cobra por tu tiempo y tus clases.
No reducir costos
Como propietario de un estudio, debes analizar todos los aspectos de su negocio y averiguar qué costos puedes reducir. Si esperas demasiado, es posible que te quedes sin trabajo.
Ser nuevo en el mercado cuando comenzó la crisis
Si tuviste la mala suerte de abrir un nuevo estudio cuando comenzó la pandemia o si acabas de obtener tu licencia de instructor de yoga y apenas has comenzado a enseñar. Honestamente, es solo mala suerte y debes intentar cambiarla. Es difícil tener clientes leales cuando no has existido desde hace tiempo. Has lo menor que puedas y si tienes que cerrar o trabajar en otra industria, no te desanimes, simplemente no es tu camino en este momento.
Quedarse quieto
No hacer nada es un suicidio. Sigue moviéndote, sigue creando, el más fuerte sobrevivirá. No hacer nada es como decir “me rindo”.
Reducir los costos de marketing
Este es el momento de ser inteligente en marketing. Dedica tiempo al conocimiento y a crear lealtad en la marca. Mantén contentos a los estudiantes que tienes. Utiliza el dinero del marketing en el ámbito digital, creando videos y campañas en las redes sociales. No es el momento de recortar el presupuesto de marketing, tus clientes todavía están online.
Agotamiento, estrés y miedo
Trata de no quemarte haciendo demasiadas cosas al tiempo, viajando demasiado de un estudio a otro, después de casa a otra clase, y otra vez a casa. Piensa adónde vas y qué estás haciendo. Si temes que no tendrás trabajo ni estudiantes, pues no tendrás estudiantes. Deja de temer a la nueva normalidad en la que estamos y simplemente vive en el presente y sé. Como dice siempre un amigo mío, esto también pasará. Encuentra formas de liberarte del estrés, ir a un retiro en silencio, meditar, masajes, baños, hacer yoga, cantar, cualquier cosa que te mantenga firme y en calma.
Con suerte, algunas de estas ideas te han ayudado a reevaluar tu negocio de yoga, a mantenerte creativo, a reinventarte y a sobrevivir a una crisis.
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