Morgan nos dio valiosos consejos, tales como: la contracción muscular no es necesaria todo el tiempo, para mejorar la fuerza es mejor involucrarlos durante la actividad cuando se necesitan, pero relajarlos cuando no lo son. La mayor parte del tiempo mantenemos los músculos subconscientemente comprometidos innecesariamente; de ahí he aprendido otra cosa importante la conciencia de mis acciones. Morgan también nos enseñó que para mantener las articulaciones estables y saludables debemos contraer los músculos alrededor de las articulaciones y la alineación correcta no es el aspecto más importante, sino cómo protegemos conscientemente las articulaciones con la ayuda de la contracción muscular. Las clases de Morgan me parecieron realmente informativas, beneficiosas y agradables para el cuerpo.

Otro invitado maravilloso fue Mike, de Reino Unido; quien nos dio una conferencia interesante y muy útil sobre Ayurveda, la dieta correcta basada en tu dosha. Llenamos una encuesta larga y precisa para identificar cuál de los tres doshas se adapta mejor a nuestro estilo de vida, tipo de cuerpo y preferencias: Vata, Pitta o Kapha. En ese momento, pensé que me relacionaba principalmente con el tipo de energía Vata, sin embargo, ahora siento que varía entre Vata y Pitta, dependiendo del día o la época del año. El Ayurveda afirma que nuestros doshas pueden cambiar todo el tiempo, hay un dicho que dice que todos nacemos como Kapha y dejamos el mundo como Vata. El ambiente en una de las clases fue muy acogedor pues había una tormenta de verano afuera, estábamos sentados y hablando en un círculo con té ayurvédico hecho por Mike y pasamos un rato realmente agradable.

Meditamos con Mike y Monika durante la tercera semana. Aprendimos diferentes métodos de meditación y también disfruté de Yin Yoga y Yoga Nidra. Probé el yoga nidra por primera vez en la Formación de profesores de hot yoga. Yoga nidra se define en cómo estar entre el sueño y el estado de conciencia. Escuché cada palabra que dijo Lezanne, sin embargo, me sentí como en un sueño ligero y luego me sentí renovada, como si hubiera tenido una larga siesta.

El último día que Lezanne estuvo en el estudio cantamos poderosos Mantras. Sentí una sensación de hormigueo o electricidad atravesando y calentando mi cuerpo. Lezanne también nos enseñó a dibujar mandalas, lo cual fue muy meditativo y divertido. Juntos preparamos un regalo de despedida escribiendo nuestros mejores deseos en una postal. Fue triste ver a Lezanne irse temprano, pero estábamos agradecidos por todo el tiempo que pasamos junto a ella.